martes, 15 de noviembre de 2011

CAMINANDO POR EL VALLE DEL MAITENA



Esparce octubre, al blando movimiento
del sur, las hojas áureas y las rojas,
y, en la caída clara de sus hojas,
se lleva al infinito el pensamiento.




Qué noble paz en este alejamiento
de todo; oh prado bello que deshojas
tus flores; oh agua fría ya, que mojas
con tu cristal estremecido el viento!






¡Encantamiento de oro! Cárcel pura,
en que el cuerpo, hecho alma, se enternece,
echado en el verdor de una colina!






En una decadencia de hermosura,
la vida se desnuda, y resplandece
la excelsitud de su verdad divina.







Así definía Juan Ramón Jiménez
al otoño, la estación de la nostalgia,
 y yo añadiría , la de la suave belleza,
 porque esta estación nos regala
cada año, unos paisajes dulces,
 armoniosos, y bellos.






La ruta que os relato hoy ha partido de
Maitena , nombre del rio que en este punto
desemboca en el Genil, y también del
restaurante que en este punto se encuentra





Hemos subido siguiendo el curso del rio
por su margen izquierda para encontrar
el canal de las viñas, lo hemos seguido
hasta el Molino del Coto.




Hemos caminado por la pista que vuelve
hacia  Guejar Sierra unos seiscientos
 metros y luego nos hemos desviado
a la derecha campo a través , hasta
llegar a la pista que sube hacia
el collado del alguacil ,



pista que hemos
 seguido unos doscientos metros
para tomar a nuestra derecha una
pista que nos ha llevado al Cortijo
Cuevas del Marques,




aquí , después de
dar una pequeña vuelta para encontrar
el buen camino , hemos tomado una senda
que serpenteando por el margen derecho
del rio y por la cota de los mil quinientos
 metros nos ha dirigido al Cortijo del Puro,




para desde aquí bajar hacia
la Presa de la Roza, también llamada
Presa del Puro , tomando el nombre
del cortijo a cuyos pies se encuentra.




Después de cruzar el rio y tomando
la pista que recorre todo el margen
izquierdo del rio hemos iniciado
 el regreso, siguiendo la pista que nos
ha llevado hasta el punto donde se
inicia la pista que lleva a los Lavaderos
de la Reina, aquí después de hacer
una parada para reagruparnos,
nos hemos dirigido siguiendo la pista
de los Lavaderos unos ochocientos metros
para después tomar una senda que sale
a nuestra derecha y que nos deja en
el punto de partida.




Esta ha sido una ruta suave, pues no tiene
dificultad alguna, con poco desnivel y que
 en estas fechas es agradable da hacer
porque no hace mucho calor y el paisaje
con esos colores otoñales es realmente
bonito.



Gracias a Juan Manuel Raya por la ruta
y por guiarnos a través de ella, en un día
que nos hemos juntado más de treinta
 personas.
El recorrido ha sido de algo más de
veintitrés kilómetros y un desnivel
acumulado de ochocientos cincuenta
 y dos metros.
Espero que os gusten las fotos y hasta
la próxima.